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Calidad de vida

Querer abarcar demasiado es garantía de apretar poco. El empresario debe hacer de empresario y no querer encargarse todo.

El motor de la empresa es el empresario. Su estilo de gestión debe adaptarse al tamaño de la misma. Cuando ésta es pequeña, el empresario puede supervisar todos los procesos. Cuando la empresa crece, cada vez más asuntos reclaman su atención directa. Aunque dedique muchas horas al día y hasta los fines de semana, el empresario que intenta responsabilizarse de todo no puede asumir eficazmente la carga de trabajo. El estilo de gestión debe cambiar y adaptarse a la nueva situación. El empresario debe aprender a delegar y a rodearse del equipo humano que le complemente.

Crear un equipo potente de mandos intermedios es una de las tareas más importantes del empresario

 

 

 

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Delegación

Ser empresario es asumir más roles que el de conocer perfectamente el trabajo que realiza la empresa. Esta también necesita que el empresario se ocupe de las ventas, el control de gestión y el personal. Todos estos trabajos solo pueden ser asumidos si el empresario delega su ejecución en un equipo de mandos intermedios en los cuales pueda confiar. El empresario debe reservarse las funciones estratégicas (cómo crecer, qué es lo que su empresa debe hacer mejor que la competencia, qué tipo de personal necesita), así como el control del negocio, y dejar las funciones del día a día a sus cuadros intermedios.

• Delegación de funciones.
• Asistencia a la creación de un comité de dirección de la empresa.
• Formación de cuadros intermedios en la gestión de sus responsabilidades. 

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Calidad de vida

Ser empresario debe permitir tener la satisfacción de alcanzar las metas que uno mismo se ha marcado. Con frecuencia el empresario considera a su empresa como una extensión de sí mismo, y le dedica toda su atención.

La clave está en que la empresa tenga un equipo humano y un sistema de gestión que permita ser dirigida sin urgencias diarias y presiones insostenibles, y que el empresario pueda dedicarse a aquellas funciones que más valor añadido aportan a la empresa.

También es importante poder mantener un equilibrio con la vida personal.

• Mejora del proceso de toma de decisiones.

Estar demasiado centrado en el trabajo

tiene el peligro de que los árboles impidan ver el bosque

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